Cuba: velar por la conservación de su patrimonio

Por María Josefina Arce.
Fuente:Radio Habana Cuba
Cuba es una fuerte candidata al Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, dada la labor que realizan las autoridades por preservar los valores, tradiciones y bienes de la sociedad cubana.

La Mayor de las Antillas cuenta con nueve sitios declarados por la UNESCO como Patrimonios de la Humanidad, lo que la convierte en el país del Caribe que posee un mayor número de bienes con esta condición.

Es por demás un reconocimiento a la riqueza y singularidad de la cultura nacional y a los rasgos físico-geográficos del archipiélago cubano, así como al celo con que se vela por su conservación.

La realidad es que Cuba como uno de uno de los pocos países firmantes de todas las convenciones sobre el patrimonio, promueve activamente los principios en que se sustentan las mismas, y por tanto trabaja fuertemente por la protección de estos sitios.

Es política del gobierno atender, preservar, estudiar y analizar el patrimonio en todas sus expresiones, ya sea construido, el inmaterial, el natural y el subacuático.

De ahí que la Constitución de la República establece que el estado defiende “la identidad de la cultura cubana y vela por la conservación del patrimonio cultural y la riqueza artística e histórica de la nación”.

Igualmente protege los monumentos nacionales y los lugares notables por su belleza natural o por su reconocido valor artístico o histórico.

Pero además busca que el lugar declarado Patrimonio de la Humanidad no se circunscriba a un espacio cerrado, sino que la comunidad también se beneficie de su existencia, tanto porque constituya un atractivo turístico que se revierte en el desarrollo social o por acciones culturales y educativas.

Ese es el caso del casco histórico de la Habana Vieja, donde no solo se ha ido a la recuperación de su riqueza arquitectónica, sino que sus pobladores se han visto favorecidos con diversas obras sociales.

Otro ejemplo es el Valle de los Ingenios, también Patrimonio de la Humanidad. En esa zona, enclavada en la provincia de Santi Spíritus, se ha fomentado la agricultura y la reforestación.

Hoy ya es posible apreciar el regreso de la caña de azúcar, cultivo emblemático que reinó en esos parajes en los albores del Valle, cuando los colonos españoles se asentaron en estas tierras hace 500 años.

Cuba es una de las naciones que se esfuerza por preservar los bienes que constituyen un legado universal y para ello no solo se apoya en instrumentos jurídicos, sino que busca comprometer a todos los cubanos y en especial, a los pobladores de esos lugares.

Y es que como afirmara la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, “el Patrimonio de la Humanidad no es una lista de piedras y monumentos. Millones de personas viven en ella y desde ella. ... Depende de nosotros encontrar la mejor manera para asegurar la protección de cada sitio de patrimonio y sacar el máximo provecho de este como una fuente de la solidaridad, inclusión y progreso.”