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miércoles, 30 de mayo de 2018

Turbulenta antesala de la temporada oficial de huracánes en Cuba

Por: Roberto Morejón
Sin entrar oficialmente en la etapa de los huracanes, Cuba sufre los embates de un año más húmedo de lo habitual, contingencia agudizada por el paso de la tormenta subtropical Alberto, sin vientos fuertes, pero con notables precipitaciones asociadas.A un cuatrimestre inicial de 2018 más acuoso a pesar de considerarse la fase seca, siguió el mes en curso con un debut de lapso pluvioso más abundante de lo acostumbrado.

Con el manto freático saturado y los embalses con apreciables cantidades de agua tras quedar atrás una sequía inclemente de tres años, hizo su irrupción la tormenta extemporánea Alberto.Este fenómeno meteorológico, con características distintas a los ciclones tradicionales por estar fuera del ciclo clásico, NO tocó tierra cubana, pero regó el occidente y centro con un diluvio.


Los reportes de precipitaciones intensas bordearon hasta los 300 milímetros en varios poblados, ciudades y regiones agrícolas desde las provincias de Pinar del Río hasta Ciego de Ávila, incluyendo el municipio de Isla de la Juventud.

La anomalía meteorológica llamada Alberto convirtió el centro de Cuba en una especie de laguna con inusuales afectaciones a redes de asfalto y ferroviarias, servicios de transporte y sembrados.

La Defensa Civil, los gobiernos, el Partido Comunista y las organizaciones de masas activaron las alarmas, sin lugar para el pánico, porque los cubanos están entrenados en este tipo de emergencia, por los recurrentes huracanes.

Imágenes de televisión y reportes radiales desde los lugares inundados o expuestos al vertimiento de las aguas de los embalses, actualizaron sobre el traslado de miles de personas a sitios estatales de evacuación y casas de familiares y amigos.

Es cierto que los daños deben estar por debajo de los causados por grandes huracanes, pero las huellas de la tormenta subtropical Alberto pesarán sobre un país golpeado por el huracán Irma en septiembre del año pasado.

Ciclones como ese y los anteriores unidos a la falta de mantenimiento acentuaron el déficit habitacional. De un fondo de más de tres millones de viviendas, casi 149 mil tienen un estado de regular a mal y un millón 800 mil poseen cubiertas ligeras.

La tormenta subtropical Alberto irrumpió en momentos en que los cubanos están inmersos en un abarcador programa de construcción y remozamiento de casas.

La borrasca impone a campesinos y miembros de cooperativas la aplicación de procesos especiales de atención a los campos cubiertos por las aguas y así proseguir con los esfuerzos del país para reducir importaciones de alimentos.

La naturaleza reta una vez más a los cubanos.

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