Trump presidente Dos años y… ¿habrá otros dos más?

por: Elson Concepción Pérez | internet@granma.cu
Pocas veces en la historia de Estados Unidos se ha conocido de tantas irresponsabilidades –por llamarle de alguna forma– por parte de un presidente, al cumplir dos años en la Casa Blanca.Es el caso de Donald Trump, que llegó a los 730 días como mandatario de la nación más rica del mundo y no pudo celebrarlo, quizá porque no le quedaran de las mil hamburguesas que brindó hace unos días a unos deportistas locales invitados a su mansión presidencial.

Aquella noche culpó a los demócratas por el cierre del Gobierno y así justificó la falta de una cocinera o que tuviera que emplear, de su bolsillo, el dinero de dichas hamburguesas.Y aunque Trump no hizo balance alguno de esta primera mitad de su mandato, que debe terminar en 2020, la prensa internacional se ha hecho eco de las principales acciones erradas y sus posibles o ya reales consecuencias.

Según un artículo en Yahoo Noticias, Jesús del Toro cita revelaciones del portal Buzzfeed, en que se dice que funcionarios involucrados en las investigaciones sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos, constataron que Trump había instruido a su abogado Michael Cohen para que mintiera en el Congreso.

Al respecto, el propio secretario de Justicia nombrado por Trump,  William Barr, lo expresó en su comparecencia de ratificación ante el Senado: si un presidente interviene para que un testigo haga declaraciones falsas habrá incurrido en un crimen, según The Washington Post.

En este lodazal por el que camina Trump en su afán, no solo de cumplir los dos años que le faltan, sino de reelegirse como presidente, el legajo de irracionalidades cometidas en el periodo terminado este 20 de enero hace dudar a la comunidad internacional de que los electores de Estados Unidos puedan errar por segunda ocasión y volverlo a instalar en la Casa Blanca.

Su tiempo de mandatario lo caracteriza como la persona que por un capricho electoral y electorero tiene paralizado a parte del Gobierno y 800 000 empleados cumplen el primer mes sin cobrar un centavo.
Su lógica de extremo fanatismo es la de no firmar el presupuesto para 2019 hasta tanto los demócratas aprueben los 5 700 millones de dólares que ha pedido para levantar el muro fronterizo con México.

Por su compromiso con sectores de la extrema derecha dentro del Congreso y el Gobierno, el llamado lobby judío, que aporta millones de dólares en las campañas electorales de ese país, el mandatario trasladó la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, en un irracional desafío a la comunidad internacional y de irrespeto a la población palestina.

Otro hecho que mantiene en vilo al planeta es que Trump haya roto con el Acuerdo Nuclear que habían alcanzado con Irán las grandes potencias, incluido Estados Unidos, y que ahora pone a la deriva uno de los más importantes logros de la diplomacia internacional en la última década.

Su guerra económica con China y su política de sanciones económicas contra Rusia constituyen dos desaguisadas aventuras de Trump, que no solo pueden afectar a estos países, sino que también perjudican a naciones aliadas y al propio pueblo estadounidense.

Sucede otro tanto con la ruptura del Tratado Nuclear con Rusia, el llamado INF, guardián de un equilibrio necesario desde que se firmara en 1987.

Trump acabó de un día para otro con el Acuerdo de París sobre Cambio Climático y no tiene en cuenta para nada que en Estados Unidos en el año 2018 la emisión de dióxido de carbono creció un 3,4 %, la mayor subida en los últimos ocho años, realidad que no tiene en cuenta cuando suspendió las normas de contaminación obligatorias para los vehículos. De esta forma, se anula la orden a los fabricantes de automóviles de construir vehículos menos contaminantes y más eficientes en el consumo de combustible, incluidos los autos híbridos y eléctricos.

En su aval de estos dos años, aparecen hechos tan insólitos como el retiro de Estados Unidos de la Unesco. Igualmente sacó al país del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y cortó la asistencia económica a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos.

Pregunto entonces: ¿tendría razón una celebración por el hecho de que  Donald Trump, a pesar de tantas peligrosas locuras, esté todavía, dos años después, conduciendo las riendas de Estados Unidos?
¡Qué respondan los que lo eligieron y lo soportan!