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Cada ciudad tiene su punto centro, casi siempre en la zona comercial; en Ciego de Ávila es el bulevar, el cual sustituyó a la calle Independencia, legendario eje medio de una urbe muy bien trazada.Dicha alameda vino a dar modernidad a la capital avileña y a convertir la concurrida vía, en un amplio paseo peatonal para seguridad de sus transeúntes.
En su inauguración se concibió como un proyecto comercial-cultural-recreativo, porque las tres cuadras de extensión están favorecidas con tiendas, bancos, hoteles, salones de belleza, heladerías e instituciones culturales, entre otras.Su ambientación propicia un sitio de agradable confluencia de niños, jóvenes y adultos, con disímiles intereses y preferencias, que en ocasiones se frustran por el daño progresivo del lugar.
Mientas algunos locales mantienen sus fachadas e interiores bien pintados y limpios, otros están en franco deterioro, lo cual rompe la armonía.
El bulevar avileño necesita de un mantenimiento frecuente y la convocatoria a que cada una de sus instalaciones luzca el brillo que merece el más concurrido sitio de la ciudad de Ciego de Ávila.
Las tiendas tienen que mejorar la presencia de sus vidrieras, con decoraciones ingeniosas, llamativas; esto es imprescindible en los comercios modernos de cualquier parte del mundo.
Debe exigírsele a los organismos que tienen locales en el bulevar, su constante mantenimiento, sobre todo en la pintura de fachadas y la limpieza de sus portales. También sus fuentes tienen que conservarse limpias y funcionando, así como el verdor de la vegetación que adorna este tramo de vía.
La ciudadanía tiene su cuota de responsabilidad para preservar este paseo en estado óptimo, pues a pesar de que hay trabajadores de Comunales que de forma eficiente y constante, se ocupan de limpiar sus áreas, todavía hay quienes arrojan basura al piso y dañan las plantas que adornan el lugar.
Es alto el número de transeúntes que a diario recorre este tramo de la ciudad, de ahí que se requieran medidas educativas más severas para no afectar el orden y la estética del lugar.
Además, la animación de esta céntrica área requiere de más y mejores opciones gastronómicas y culturales para atraer a sus visitantes, sobre todo en horario nocturno y los fines de semana.
El centro de la urbe avileña exige y merece una atención distinguida, pues allí late con más fuerza el corazón de la también llamada Ciudad de los Portales.
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