.png "English"){kind=small}
Por: Boris Luis Cabrera Acosta, Ismael Francisco
Los Alazanes de Granma firmaron una remontada histórica en su patio del Mártires de Barbados, al vencer por segunda jornada consecutiva a los Cocodrilos de Matanzas, para retener la corona de nuestro campeonato doméstico y convertirse en el sexto equipo que ha logrado cuatro títulos en series nacionales.
La victoria de los caballos orientales este miércoles cuatro carreras por cero, toma matices épicos porque la alcanzan en casa y luego de sufrir bajas importantes en sus filas antes y durante la campaña beisbolera, que levantaron una ola de escépticos por toda la isla.
De esta manera la aguerridos discípulos del veterano Carlos Martí, mantienen su invicto en cuatro finales y se reafirman como los crueles verdugos de los yumurinos, al batirlos en las cuatro ocasiones que se han visto las caras en postemporadas.
Solo dos veces en 18 playoffs de definición una escuadra había remontado en los últimos dos partidos para subir a lo más alto del podio, hombrada consumada por aquella aplanadora santiaguera de 1999 y por Industriales en 2010.
Desde el mismo capítulo de apertura, cuando pegaron un par de imparables y anotaron una carrera, los más de 15 000 fieles que desbordaban las tribunas sabían que el trofeo se quedaba en casa.
Un bambinazo de Guillermo Avilés con los sacos vacíos en la parte baja del cuarto inning, convirtió el estadio en un manicomio, y dejó claro que no había fórmula posible en esta jornada para derrotarlos sobre la grama.
Dos rayitas más en sexto maquillaron el marcador y sacaron del box al abridor Yamichel Pérez, mientras su contrario Leandro Martínez continuaba colgando argollas en la pizarra.
El zurdo de Campechuela, quien este martes había cumplido 43 años, volvió a lucirse en el montículo al trabajar durante siete entradas, donde apenas permitió cuatro hits, para anotarse su primer éxito de esta gran final, con una actuación heroica.
El cerrojo lo puso el diestro Cesar García, en un relevo de dos entradas que completó el jaque mate con caballos, e hizo temblar los cimientos de la provincia.
Ahora, que suenen entonces los tambores y los cencerros en todo el territorio de esta provincia y que la música se extienda por sus 13 municipios y por la geografía de su armónico contraste entre llanos y montañas, habitados por gente humilde y brava que sudan béisbol y que creen en este deporte como una fuente inagotable de pasiones.
El reconocimiento para los avezados Cocodrilos, un equipo que tiene todas las herramientas de los campeones y que cayó en la arcilla como lo hacen los grandes.
La ovación fuerte para el mentor de los Alazanes por haberlos guiado hasta aquí por cuarta ocasión en las últimas seis contiendas, para esos atletas que jamás desmayaron en la grama, y para esos fieles debajo de las sombrillas que los apoyaron siempre y jamás claudicaron ante las dificultades. El grito se impone: ¡Granma campeón!
No hay comentarios:
Publicar un comentario