Por: René Vázquez Díaz
Para los salvadores de la Revolución, la mejor manera de preservar sus logros sería creando un ambiente que la resquebraje y la mate sin que ella se defienda. O que se suicide. Eso sería lo ideal. Luego todo sería tan fácil. En ese ambiente, la Revolución debe presentarse como pasada de moda, un experimento fracasado. Lo “moderno” es un capitalismo que los nuevos salvadores de Cuba se cuidan mucho de llamar de otra manera.
Desde 1960, cada vez que el gobierno cubano ha introducido cambios para combatir la agresión exterior y paliar sus consecuencias económicas, financieras y de seguridad nacional, buscando vías alternativas para desarrolar más el país, comprar medicinas y todo lo imprescindible para mejorar la situación de las grandes mayorías, los salvadores del pueblo cubano siempre han objetado que esos cambios son insuficientes, erróneos o tardíos. O, para los más dependientes de Estados Unidos, demasiado revolucionarios.No hay que saber mucho de Historia para conocer la humillación, la sumisión y las salvajadas que siempre le esperan a un pueblo rebelde cuando ha sido de derrotado.