Tomado
de Invasor Digital
Escrito por Ernesto Londoño
(The New York Times) Foto: Cubadebate
Opinión
Editorial de The New York Times
Después
de un poco de cobertura inicial, Estados Unidos parece haber abrazado la idea
de trabajar en estrecha colaboración con Cuba como parte de la respuesta
mundial a la epidemia de Ébola.
Un
funcionario de nivel medio de los Centros de Prevención y Control de
Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) asistió a una cumbre regional en La
Habana el miércoles, organizada por una asociación de tendencia de izquierda de
las naciones latinoamericanas.
"Esta
es una urgencia mundial y todos debemos trabajar juntos y cooperar", dijo
Nelson Arboleda, director de los CDC para Centroamérica, a los periodistas en
la conferencia.
La
conferencia fue organizada por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América, también conocido como el ALBA, un grupo regional cuyos
miembros incluyen a Venezuela, Bolivia y Ecuador. Es justo decir que los
Estados Unidos no están por lo general en la lista de invitados de las cumbres
del ALBA, ya que el grupo está liderado por los países con relaciones difíciles
con Washington, y se formó en parte para contrarrestar su influencia en el
hemisferio.
Pero
si hay un lado positivo en la crisis del Ébola, parece ser la inyección de una
dosis de pragmatismo a la relación usualmente venenosa de Washington con La
Habana.
Cuba
se ha convertido en uno de los principales actores en el esfuerzo por contener
el Ébola en África Occidental, tras el compromiso de desplegar cientos de
médicos y enfermeras para tratar a los pacientes en los tres países con el
mayor número de casos.
A
medida que la primera oleada de médicos cubanos llegaba a África, los
funcionarios de los Estados Unidos parecían incapaces de decidir si iban a
colaborar con ellos en el trabajo de campo. Dijeron más tarde, felizmente, que
lo harían, pero se han quedado cortos al ofrecerse para tratar o evacuar al
personal médico cubano que pueda contraer el virus.
El
diario estatal de Cuba, Granma, destacó la asistencia del Sr. Arboleda de
pasada; no abordó su visita como un momento decisivo. Del mismo modo, cuando el
secretario de Estado John F. Kerry recientemente pronunció un discurso sobre el
Ébola, el Departamento de Estado tomó la inusual decisión de invitar al
principal diplomático de Cuba en Washington, pero no llamó la atención sobre su
asistencia.
Como
era de esperar, un par de legisladores republicanos del sur de la Florida han
criticado la misión médica cubana. El representante Mario Díaz-Balart criticó a
los CDC el jueves por enviar el señor Arboleda a la reunión.
"Es
una vergüenza que Estados Unidos envíe a un representante a una reunión del
ALBA en La Habana y elogie a la dictadura cubana por envíar mano de obra médica
no voluntaria a África Occidental", dijo en un comunicado.
La
representante Ileana Ros-Lehtinen advirtió a principios de este mes que los
médicos cubanos que prestan servicios en África podrían traer el virus a
América Latina, lo que plantea una amenaza a su comunidad.
"La
decisión del régimen de Castro para enviar médicos cubanos es un intento apenas
disimulado de propaganda que puede poner en riesgo el sur de Florida",
advirtió.
Afortunadamente,
ellos se están convirtiendo cada vez más en voces solitarias en el debate sobre
la política hacia Cuba.
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