Lleno de expectativa asistí a la exposición de Pastor
Batista Valdés en la casa de la prensa avileña, una muestra de imágenes
fotográficas fusionada con poemas de amor dedicados a la pareja. Al principio
tuve algunas dudas de lo expuesto. A medida que escuché la introducción
realizada por el propio autor, me fui adentrando en la médula de la muestra.
Los textos que afianzan el espacio comunicativo están
repletos de lirismo, de una espiritualidad con símbolos que se distinguen en el
trasfondo de las imágenes y poemas por
donde aflora el amor por doquier, apreciado con el obturador de una cámara
fotográfica.
Alas de colibrí, misterios, soplos de amor y la luz del día,
inundan el pequeño espacio del hogar de los reporteros avileños, dibujado por
el responsable de textos y fotos, con rostros de la mujer amada, al parecer la
que fue capaz de ofrecer una señal de sinceridad, de pasión y de confianza en
el verdadero amor de pareja.
Sentí envidia de tanto afecto, una desazón invadió mi ser y
reconocí el valor cultural de la expo de Pastor Batista, mis sentidos
acompañaron al Quijote desde su cabalgadura avizorando un futuro de sinceridad,
de melancolía y de pensamientos profundos en cada poema, también la discreta
desnudez de la piel de la modelo, me inspiró a reconocer que la muestra que se
presenta en el umbral de la jornada de la prensa de Ciego de Ávila es además un
sincero homenaje a los laborantes del sector periodístico.
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