Por Enrique Dámaso
Rodríguez Betancourt
En la actualidad muchas
personas recuerdan todavía al periodista diminuto con una grabadora de cinta
magnetofónica al hombro, que casi arrastraba al piso, desandando las calles de
Morón y Ciego de Ávila detrás de la noticia que mas tarde transmitiría para la Radio o para el periódico
Juventud Rebelde.
Blas Antonio Martínez
Rojas con casi 50 años como periodista asume la
jubilación, aunque según sus propias palabras…”nunca he dejado de hacer
periodismo”…. Y lo ratifica cuando todas las noches desde su modesta vivienda
en la localidad de Falla, en la provincia de Ciego de Ávila sintoniza emisoras nacionales y foráneas rastreando la
información del momento.
Es digno reconocer a
un periodista que pese a sus limitaciones físicas y motoras, no dejó de
mantener informado al pueblo desde un central azucarero, desde un campo de caña
o de un centro de producción, en el
intercambio con él, nos relató infinidad de anécdotas que forman parte del
acervo cultural de Blasito, como también es conocido entre sus colegas y
amigos.
Premios,
reconocimientos, distinciones y sobre todo la admiración del pueblo, avalan la
obra de un gran hombre de talento y convicción del periodismo cubano, de un
defensor de la Revolución,
del que no escatimó voluntad, capacidad y desprendimiento para realizar una
labor meritoria en el arte de las comunicaciones.
Blas Antonio
Martínez Rojas-recibió, según sus propias palabras….”una gran emoción que
conmovió todo su ser….” En la
Jornada de la prensa, sus colegas de la UPEC avileña, en homenaje a
este pequeño hombre de gran corazón y talento, le entregaron las llaves de un
apartamento que disfrutará junto a su esposa Lucinda y de esta manera cumplir
una máxima martiana;…..”Honor quien honor merece….”
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