Muchas han sido las bondades de las nuevas tecnologías, de gran utilidad para la ciencia, la educación y las comunicaciones. Sin embargo, no pocos perjuicios emergen en la conducta de los más pequeños ante su uso excesivo
¿Sabe usted cuánto tiempo dedica su hijo a ver programas de televisión?, ¿conoce qué ocurre cuando un niño o adolescente está muchas horas frente a la pantalla del televisor o computadora y, cómo influye en su desarrollo personal y social?, ¿Riesgos o beneficios?
Muchas han sido las bondades de las nuevas tecnologías, de gran utilidad para la ciencia, la educación y las comunicaciones. Sin embargo, no pocos perjuicios emergen en la conducta de los más pequeños ante su uso excesivo.
De acuerdo con la Doctora Ovidia Rodríguez, especialista de Segundo Grado en Psiquiatría Infantil, los padres todavía obvian cómo la televisión, la Internet o los videojuegos pueden causar trastornos en la vida de niños y adolescentes.
Pienso que los progenitores no están lo suficientemente informados, ni poseen gran preocupación acerca de la dañina influencia de esas tecnologías en el desarrollo de su descendencia, comentó la Máster en atención integral al niño y profesora auxiliar de esta especialidad.
Según Rodríguez, la principal afectación ocurre en el lenguaje, "porque los menores de tres años deben tener una comunicación directa con un interlocutor que estimule el diálogo, y los programas de televisión son por lo general pasivos".
Hasta esa edad, los infantes no deben estar expuestos ante las pantallas a ninguna hora, insistió la Doctora, al subrayar entre otros riesgos la aparición de manifestaciones de los trastornos del espectro autista, como dejar de mirar a la cara, de besar y señalar con el dedo.Equivocadamente algunas madres sitúan todo el día a sus bebés ante el televisor, incluso si se despiertan en la madrugada, acotó.
Los muñes y otras propuestas se convierten para los pequeños, a partir de los cuatro años de edad, en una fuente importante de distracción y también de enseñanza, aunque la entrevistada alertó que el consumo debe ser limitado, no más de una hora, ni todos los días.Y es que -apuntó la especialista- este grupo etario necesita de otras actividades de ocio como la lectura, el trabajo escolar, el juego y la interacción con la familia y amigos.
En muchos hogares la tele está en la habitación de los adolescentes, sin un control del tiempo, ni de los contenidos que ven, señaló, y argumentó que hay quienes ni para comer se apartan de las series, películas u otros programas, lo cual implica que no miren, huelan, e ingieren rápido los alimentos y por ende, aumente el riesgo de obesidad.
Otros de los entretenimientos más gustados son los videojuegos, que en su mayoría generan violencia y, en el peor de los casos, pueden hasta convertirse en una adicción.
Lo perjudicial es cuando pasan seis u ocho horas vinculados con la máquina, lo cual provoca afectaciones en sus relaciones sociales y familiares, bajos rendimientos académicos, pérdida del sueño y de motivación por las demás cosas de la vida cotidiana que los vuelve irritables, apáticos o eufóricos, remarcó Rodríguez.
Para ella, mediante los videojuegos los niños y adolescentes pueden lograr satisfacer sus deseos de complacencia, sentirse identificados, matar, hurtar y no pasa nada, "están protegidos".
Y si de pasatiempo se trata, no puede faltar en pleno siglo XXI la navegación en Internet, que aunque en Cuba todavía es limitada, ya se dan pasos hacia ese camino.
La especialista subrayó que si bien en la actualidad la adicción al Internet no está incluida todavía dentro de un marco psicopatológico, desde 1995 fue reconocida como una ciberadicción, con las mismas características que poseen las dependencias químicas o de otro tipo.
Si la televisión jamás podrá ser la mejor de las niñeras, demasiado tiempo en línea tampoco es recomendable para el desarrollo de los infantes y adolescentes.
Urge entonces prevenir el uso excesivo de estas tecnologías, una tarea que demanda, sobre todo, de la preocupación y ocupación de los padres.
Fuente: Guerrillero
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