sábado, 8 de agosto de 2015
Campaña contra Estado Islámico, por debajo de expectativas de EE.UU.
Campaña contra Estado Islámico, por debajo de expectativas de EE.UU.La Habana (PL) Un año después del inicio de la campaña aérea de la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico (EI) en Siria e Iraq, sus resultados están por debajo de las expectativas del Pentágono.
El mando militar norteamericano reconoce que estas operaciones resultan insuficientes para lograr el objetivo final de Washington y sus aliados: disminuir la capacidad ofensiva de los fundamentalistas, recuperar el territorio que ocupan y a más largo plazo, destruir sus agrupaciones.
Desde el 8 de agosto de 2014 la aviación militar estadounidense actúa contra blancos de los irregulares en suelo iraquí, con el apoyo de Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Jordania, Países Bajos y Reino Unido.
En territorio sirio, y sin la anuencia del Gobierno de Damasco, las aeronaves del Pentágono operan desde el 23 de septiembre pasado, y para realizar dichas incursiones cuentan con la ayuda de medios aéreos de Bahrein, Canadá, Jordania, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Los más de más de cuatro mil 800 bombardeos realizados desde entonces, a un costo que rebasa los tres mil millones de dólares para los contribuyentes, no lograron expulsar a los integrantes de esta agrupación de amplias áreas en ambos países árabes.
Así lo reconoció a finales de julio un funcionario del departamento de Defensa, quien aseguró a la agencia noticiosa estadounidense Associated Press (AP), bajo condición de anonimato, que dichos ataques no fueron capaces de debilitar al EI.
"No observamos una degradación significativa del número de sus miembros, que ascienden a unos 30 mil efectivos, y la coalición apenas logró recuperar el nueve por ciento del territorio bajo control de los yihadistas en este año", acotó el oficial.
En sentido similar se pronunció una valoración de la cadena televisiva CNN el 4 de agosto, al señalar que la situación en el terreno entre las fuerzas de seguridad iraquíes y unidades del EI está en un estado de estancamiento y los ataques aéreos por sí solos son insuficientes para romper esta inercia.
Otros analistas estiman que sin el empleo de fuerzas terrestres en el campo de batalla -medida que la Casa Blanca es reacia a adoptar- Washington y sus aliados necesitarían una década para expulsar al EI de los territorios en Medio Oriente.
Pero estas estimaciones contrastan con la del exjefe del Comando Central del Pentágono, general retirado John Allen, quien aseguró en un evento reciente en Aspen, Colorado, que los integrantes de la entidad extremista están perdiendo la lucha contra las fuerzas de la coalición.
Allen fue designado en septiembre de 2014 por el presidente Barack Obama como coordinador de los esfuerzos internacionales contra el EI.
En este contexto, el congresista republicano Michael McCaul, quien encabeza el comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, aseveró que "Estados Unidos está perdiendo la guerra contra el EI y en general la contienda antiterrorista".
Por otra parte, los servicios de espionaje del Gobierno norteamericano no logran ponerse de acuerdo en cuanto a lo que realmente significa esta organización extremista para Washington y sus aliados.
Al respecto, el diario The New York Times señaló el 4 de agosto que los principales asesores de la Casa Blanca están divididos en torno a cuál es el grupo terrorista que representa una mayor amenaza para el territorio continental de Estados Unidos: si el EI o Al Qaeda.
Según el periódico, esta división refleja una creciente preocupación de que el primero constituye un peligro mucho más inmediato debido a sus campañas sin precedentes en las redes sociales, con el empleo de mensajes sofisticados para inspirar a sus seguidores a lanzar ataques dentro del territorio norteamericano.
No es precisamente una discusión académica, el problema es que estas definiciones tienen una influencia directa en la asignación de fondos a las agencias que combaten el terrorismo, añade el Times.
En esa misma dirección, el 26 de julio la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, aseguró que la administración Obama aún no ha podido precisar el verdadero alcance de la amenaza que representa el EI para este país.
Es un peligro tan serio, o quizás más, que Al Qaeda, dijo la alta funcionaria al intervenir en el programa dominical This Week de la cadena televisiva ABC.
Lynch aseguró que el EI tiene más de 20 mil seguidores en lengua inglesa en su cuenta de Twitter, a quienes impulsa a cometer actos de violencia que después esa organización se acredita, un modelo de actuación que lo diferencia de otros grupos terroristas y hace que sus acciones sean más difíciles de predecir.
Voceros del departamento de Justicia aseguran que los servicios de seguridad estadounidenses arrestaron a más de 50 personas sospechosas de preparar acciones terroristas en los últimos 18 meses, la mayoría de ellas con supuestos vínculos con la mencionada entidad.
Alrededor de 80 por ciento de los detenidos tenían menos de 30 años y cerca de 40 por ciento estaban por debajo de los 21.
Por otra parte, la cadena televisiva ABC informó el 27 de julio que Estados Unidos y Turquía lograron un nuevo acuerdo para combatir al EI en el norte de Siria, desde bases de las fuerzas armadas del Gobierno de Ankara, lo que según expertos significa de hecho el inicio de una nueva fase en esta contienda.
Las operaciones, que tendrán lugar a lo largo de la frontera turca, incluirán bombardeos por parte de aviones de combate norteamericanos contra objetivos fuera de los límites turcos, por primera vez desde que comenzó la campaña.
El convenio prevé la creación de las llamadas zonas de seguridad en el borde que separa las dos naciones, con el fin de proporcionar ayuda a los grupos prooccidentales.
El mando militar estadounidense espera utilizar estas bases aéreas, de importancia estratégica, para crear zonas libres de la presencia del EI y expandir paulatinamente estas áreas hacia el sur.
Especialistas en el tema aseguran que Estados Unidos prepara un asalto de mayores proporciones contra objetivos del Ejército Árabe Sirio (EAS), a fin de empoderar a las bandas que intentan derrocar por la fuerza al presidente constitucional, Bashar Al Assad.
Al respecto, el vocero del Pentágono, capitán de navío Jeff Davis, reconoció el 3 de agosto que el mando militar estadounidense incrementará su apoyo aéreo a muchos de los grupos que luchan contra el EI y que también combaten contra las fuerzas gubernamentales sirias.
El diario The Wall Street Journal señaló el 3 de agosto que de esta forma el gobierno estadounidense amenaza con una mayor escalada contra las autoridades de Damasco, a pesar de que funcionarios militares minimizan las posibilidades de confrontación directa con el EAS.
Según el rotativo, el hecho de que el presidente Barack Obama autorizara el uso de la fuerza aérea para defender a grupos entrenados por Estados Unidos deja abierta esa posibilidad.
Una opinión similar sostuvo el periódico Stars and Stripes, especializado en temas castrenses, al señalar que este es el primer indicio de que Estados Unidos puede verse en la "obligación" de atacar a las fuerzas de Assad para defender a los elementos que apoya Occidente.ero los criterios negativos sobre este asunto proliferan en Washington. El congresista republicano Ryan Zinke dijo recientemente que la campaña aérea contra el EI es inefectiva, y los esfuerzos para armar a las bandas antigubernamentales sirias constituyen un rotundo fracaso.
De todas formas, la mayor parte de los expertos en el tema coinciden en que un año después de iniciada esta contienda bélica contra los fundamentalistas en Iraq y Siria, los resultados no se corresponden con el volumen de recursos técnicos, humanos y financieros dedicados a estas operaciones.
Algunos de estos especialistas reiteran que sin la actuación decisiva de tropas terrestres en el terreno, ya sean iraquíes o norteamericanas, resultará muy difícil lograr el objetivo primario de la Casa Blanca en esta contienda: degradar la capacidad combativa y posteriormente eliminar la amenaza que representa el EI.
El asunto, que rebasa ya las discusiones en foros académicos y medios de prensa, comienza a convertirse en tema de la campaña para las elecciones generales del 8 de noviembre de 2016, pues los republicanos apuntan al equipo de seguridad nacional de la Casa Blanca como uno de los principales culpables de este fracaso.
Fuente:Prensa Latina
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