miércoles, 9 de marzo de 2016
La Feria que vamos a tener
por José Aurelio Paz
El parche antes que la gotera. Las ferias anuales del libro no solo dejan un agujero en el bolsillo familiar del cubano; también un espacio de cálido cariño por ese mágico objeto que nos permite viajar, sin más boleto que nuestras capacidades para leer e imaginar, a mundos diversos y geografías insospechadas, a asumir pieles y almas de personajes de todas las épocas.
Si bien existen insatisfacciones de la población por la que acaba de ocurrir en la capital, desde el punto de vista organizativo y de volumen literario, cuánto más en provincia, adonde llega la mitad de la mitad de títulos y ejemplares, si las editoriales extranjeras invitadas no pasan del túnel de La Habana.El libro, como gran protagonista de la cita, se enfrenta esta vez a las nuevas tecnologías
Ciego de Ávila está inmersa en esa centrífuga organizativa que requiere un evento de tales magnitudes, donde no solo incide el Centro Provincial del Libro y la Literatura, aunque sea el máximo responsable, sino muchos organismos del Estado que apoyan en la logística de un complejo certamen, de manera que reuniones de chequeo no faltan.
El asunto es otro. El pollo del arroz con pollo. El libro. Según Heriberto Rodríguez Rodríguez, director de la entidad rectora, se han recibido hasta la fecha solo 154 títulos con unos 50 000 ejemplares. En años anteriores, las cifras han estado en los 500, con unos 100 000 volúmenes aproximadamente. Claro está, estos son datos preliminares y habrá que ver cuánto más se podrá acopiar en lo que resta de quincena, cuando está previsto que la Feria comience el 16 de este mes hasta el día 20.
“Ello, por supuesto, no garantiza una cita al nivel de las expectativas, pero estamos trabajando con ahínco para resarcir ese aspecto, al menos en lo esencial, en aras de que la gente no se sienta defraudada”, dijo el funcionario.
Precisó que se han previsto idénticas áreas que años anteriores, destinadas a las distintas funciones como son la venta y las presentaciones de los textos, esta última con una modificación, cuestión que permitirá al público especializado estar presente en esas locaciones.
Así, el espacio dedicado al tema martiano funcionará solo por la mañana, mientras que el histórico tomará la tarde; y la sede de la filial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) tendrá a su favor el horario matutino, el vespertino será para la Asociación Hermanos Saíz (AHS), donde escritores y lectores se encontrarán para intercambiar criterios.
feria libro ciego de avila 2016 2
En relación con quiénes serán los encargados de disertar en torno a los títulos nuevos, Rodríguez explicó que, de común acuerdo, se ha discutido con la Editorial Ávila para reducir la repetición en los presentadores, a fin de que haya mayor participación de intelectuales en este aspecto, tan criticado en ferias precedentes.
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Un ingrediente que nunca falta: la asistencia masiva de público
“Estamos haciendo, también, otro esfuerzo tremendo porque salga el mayor número de obras de autores locales, aunque no es un secreto para nadie que se trata de una tarea titánica, por la reducción y la carencia en los insumos, además de que los precios se han disparado en la poligrafía, lo cual hace más complejo ese proceso. De todos modos, confiamos en que haya una representación digna”, explicó durante un encuentro con Invasor.
Entre las aguas de las satisfacciones y las insatisfacciones se moverán, otra vez, los criterios populares. Habrá quien diga de la Feria como Vallejo, ante las realidades y posibilidades del presente: “Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo (...)”, y querrán escribirle un epitafio y hasta darle sagrada sepultura.
Yo soy de los que prefieren que exista así, con sus agujeros visibles en la “capa de ozono” que envuelve el alma; esa que nos hizo libres, luego de la Revolución, al cultivarnos el espíritu desde el martiano precepto de la libertad. Al menos nos moviliza los ojos y el corazón, por unos días, en torno al maravilloso invento de Gutenberg, mientras muchos fenecen ante los embrujos del “dios tecnología”, desde cualquier parque, en cualquier esquina y a cualquier hora.
Puede, entonces, venir el libro, como “gladiador” de los sueños, a recordarnos que aún nos queda algo de humanidad, a decir que separemos los ojos, al menos por varias jornadas, de la nueva “droga” conque las pantallas alumbradas nos convierten en autómatas, a enseñarnos que en las maneras antiguas del disfrute puede estar la salvación de este planeta.
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