CUANDO UN AMIGO SE VA

Por: Alfredo Fernández Arcia
¿Oye Toñi, a donde vas si aún no has escrito la crónica de tu vida? ¿Cuál es ese empeño de bordar el cielo con tu vuelo de ángel a sabiendas que, hermano mío, vamos a extrañarte? Dos tristes noticias han colmado hoy mi vida, y una de ellas es tu partida. Así de entre pecho y espalda se me colman recuerdos en el alma. 

Yo era un adolescente cuando te escuchaba desde el municipio de Victorias en aquel “A ritmo del almanaque” que ha marcado el ritmo de su tiempo y tú entre ellos, en busca de una radio diferente. Hoy conversando con mi madre, recordé aquellos grandes festivales de la radio en donde fuiste ganador siempre, recordé aquella conversación prolongada en mi tierra el Consejo Popular Patria junto a María Elena Hernández Jorge, en un evento de la misma radio que al paso del tiempo nos fue uniendo.
 

Después ve la luz RADIO AMANECER de la cual fuiste su principal artífice, y fue tal el entusiasmo por ponerle sonido a tu tierra, que motivaste a todos para hacer realidad el sueño: y lo lograste.
No ha habido muro del Factbook que hoy no te recuerde. Incluso, me atreví a buscar nuestra última comunicación por Messenger en donde me apuntabas: “Felicidades por el día mundial de la radio y desde ya, mis felicitaciones para el y para ti por el 14 de febrero”, mi respuesta no se hizo esperar: Hermano mío. Para ti, que has sido ejemplo. Que formas parte de los especialistas que siempre escuché. ¡¡’Te  admiro!!
 

Y ahora la noticia… El momento difícil, el boca a boca de todos. Mis condolencias para Deborah Chinea, quien me envía un mensaje de voz desgarrador, el cual no pude responder. No tuve más palabras, el que calla: otorga.
No tengo mucho que contar de ti, ojala te hubiera conocido en aquella infancia y juventud de la que todos los amigos de Radio Amanecer hablan con bellas anécdotas que ya son parte de tu vida y la de ellos.
 

Tu poder comunicativo, esa sonrisa a flor de labios y la fuerza admirable que te caracterizó siempre junto tus crónicas especiales hace que te nombremos como hasta ahora lo hemos hecho, como un ser de luz…
Me hago una vez las preguntas, esta vez, no tendré respuestas: ¿Oye Toñi, a donde vas si aún no has escrito la crónica de tu vida? ¿Cuál es ese empeño de bordar el cielo con tu vuelo de ángel a sabiendas que, hermano mío, vamos a extrañarte?