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martes, 28 de septiembre de 2021

Falleció José Gabriel Gumá Díaz entre los más excelentes periodistas cubanos


Por: Angela Oramas Camero
La noticia de la partida del querido colega José Gabriel Gumá Díaz, a los 86 años de edad, este 26 de septiembre (2021), dolió al gremio de la prensa cubana.  Lo conocí en el periódico Granma, donde era muy respetado y admirado por su maestría en el desempeño de cualquiera de los géneros periodísticos.

Los trabajos más complicados los escribía Gumá, sin mostrar ningún matiz de estrés.  Culto, ético y magnífico profesional, nunca rechazó la redacción de un texto, ni por el apremio ante el cierre de una edición del periódico. Era, además, muy rápido en las teclas de la máquina de escribir. El mal carácter, las palabras obscenas y la indolencia, siempre le fueron ajenas.

El destacado José Gabriel Gumá se graduó de la Escuela Profesional de Periodismo “Manuel Márquez Sterling”, donde pasó los mejores momentos de su vida de estudiante, según propias palabras.  De los profesores recordaba el trato amable y respetuoso que ofrecían a los alumnos: “vestían elegantes, no fumaban en clase y sobre todo que no escatimaban tiempo para brindar conocimientos”.

El Doctor Gumá también era abogado y tuvo una destacada participación en la lucha clandestina. Como periodista, trabajó en diferentes medios; entre ellos, en los periódicos El Mundo, Revolución y Granma. Asimismo, en la sección En Cuba, de la revista Bohemia; en la emisora Radio Voz; en Radio Reloj, Radio Progreso, y fue corresponsal del periódico Granma en Moscú.

De 1959, los primeros días de la Revolución, guardaba con orgullo las vivencias que como reportero tuvo en el antiguo Palacio Presidencial, donde con frecuencia se encontraba con Fidel Castro.

Quedan en el tintero los premios y reconocimientos que recibió en su larga carrera como periodista, pero una entrevista publicada el 22 de enero de 2009, en Kaos en la red, y que reproducimos a continuación, ofrece una mejor visión de su pensamiento y su legado.

—¿Cómo se manejó la información periodística luego del triunfo de la Revolución?

—Para mí la guerra mediática de Estados Unidos contra Cuba comenzó en la propia madrugada del 1º de enero. Tengo eso bien claro por un hecho fortuito. En aquel momento yo estaba en la redacción de Radio Voz y había una serie de movimientos y noticias extrañas que nos estaban llegando por varios conductos, entre ellos por un corresponsal del periódico New York Time en La Habana. Se decía que acontecía una situación especial, y que podía pasar cualquier cosa.

“En Radio Voz teníamos la posibilidad de acceder a las comunicaciones de la policía motorizada y ahí escuché que se indagaba por un individuo de apellido Piedra, pero no se trataba del coronel del Buró de Investigaciones. Entonces decidí ir hasta la casa del magistrado de igual apellido, a quien conocía por razones familiares. Allí confirmé con su esposa que se lo habían llevado para el campamento de Columbia, pues según ella ‘se estaba preparando algo grande’.

“Regresé a la emisora con el objetivo de dar un flash (noticia de último minuto), pero ya el Bloque Cubano de Prensa y la Federación de Radioemisoras de Cuba se habían puesto de acuerdo muy rápido para no dar información. El pretexto era que eso iba a provocar incidentes serios y que el pueblo se lanzaría a las calles.

“En la redacción leyendo los cables encontré un despacho de la United Press o la Associate Press, en el cual se calificaba de insurrectos a las tropas rebeldes de Fidel Castro, y se expresaba que en el avance hacia la capital estaban ensangrentando al país. Ese materialito estaba muy bien elaborado desde el punto de vista periodístico, y ya era un gran veneno, nos asociaba con lo peor de Batista, con los crímenes. El avión del tirano aún no había llegado a República Dominicana, y ya había comenzado la guerra mediática.

“Por la mañana, cuando terminé en la emisora, fui para El Mundo, donde el jefe de redacción, tratando de armar una edición especial, me hizo algunos encargos, para lo cual necesité buscar y leer los cables. Lo que había escuchado en la madrugada ya se había acentuado.

“Con el suceder de las horas y los días vimos claramente que los ataques eran muy sistemáticos, y estaban tomando otra arista. En el Congreso norteamericano, senadores y representantes a la Cámara, tanto republicanos como demócratas, empezaron a atacarnos y a manifestar su preocupación por el futuro de Cuba. Hablaban del izquierdismo acentuado de Fidel Castro, de la presencia de extranjeros en las tropas rebeldes, y otras muchas cosas que en aquellos momentos impresionaban al pueblo, hasta esos momentos educado por la propaganda norteamericana.

“Comenzó a hablarse muy temprano de que los acontecimientos aquí podrían obligar a Washington a una intervención. Creo que esto y otras cosas provocaron que Fidel, junto al Movimiento 26 de Julio, convocara a la Operación Verdad”.

—Qué recuerda usted de ella y de sus dos momentos clave: el encuentro de Fidel con alrededor de 380 periodistas en el hotel Riviera, y la concentración popular frente al antiguo Palacio Presidencial el 21 de enero de 1959

—Tuve que cubrir muchas cosas de la Operación Verdad para El Mundo —el diario más vinculado a los intereses de la embajada de Estados Unidos aquí en Cuba—. Recuerdo la conversación de Fidel en el Riviera con los periodistas; hubo varias en las noches, incluso en habitaciones, en el lobby, en pasillos de los pisos de arriba, en la cafetería.

“En esos momentos Fidel hablaba todos los días, a cualquier hora; sobre todo lo hacía con los corresponsales extranjeros, especialmente con los norteamericanos. Discutía de tú a tú con ellos, y los impresionaba. Creo que eso fue una gran carta de triunfo.

“En la memoria evoco con más nitidez mi participación en la concentración en Palacio, allí él pronunció un discurso muy enérgico, advirtió sobre las amenazas de intervención.

“Fue una operación muy inteligente y muy oportuna. No podemos olvidar que Cuba tenía que defenderse en horas ante una situación nueva. Hasta cierto punto detuvo muchas de las falsedades que se decían contra Cuba, y obligó al enemigo a acudir a otro tipo de mentiras”.

Angela Oramas Camero
Licenciada en Periodismo por la Universidad de La Habana. Es vicepresidenta de la filial de prensa de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y vicepresidenta del Club Martiano de prensa “Gonzalo de Quesada”
https://www.cubaperiodistas.cu


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