La policía lanzó gas lacrimógeno esta noche para dispersar a los manifestantes, después de la decisión de un gran jurado de exonerar al policía Darren Wilson, quien disparó y mató al joven Michael Brown, el pasado 9 de agosto.
El
asesinato desató graves disturbios en esta ciudad, poco después de que el
Presidente Barack Obama llamara a la calma en un discurso en la Casa Blanca.
“Sabemos
que habrá quien esté de acuerdo con la decisión y quien no, incluso habrá quien
esté enfadado”, dijo el mandatario. “Pero somos un país que se rige por la ley…
Dañar a otros o destruir propiedades no es la respuesta”, indicó el presidente
en referencia al comunicado emitido por la familia del joven de 18 años poco
después de saberse un resultado que muchos daban por seguro.
Obama
apeló a afrontar los desafíos que todavía dividen a la nación, con desconfianza
entre negros y las fuerzas del orden. “Pero hay maneras de lograr el cambio de
manera constructiva, no destructiva”, insistió.
El
Presidente recordó la necesidad de abrir un debate sobre un sistema de justicia
que suele ser desfavorable a la población negra, y pidió impulsar un proceso
transparente en el que prime la justicia.
Aún
después de terminar su discurso, el presidente no quiso marcharse sin advertir
a los medios de comunicación. Dijo que estos verían reacciones negativas por
parte de algunos manifestantes y que estas quedarían “bien en la televisión”.
Al
tiempo que Obama llamaba a la calma desde Washington, estallaron los primeros
disturbios en Ferguson, con edificios y coches incendiados, saqueos, sonido de
disparos, enfrentamientos entre Policía y manifestantes y uso de gases
lacrimógenos por parte de los agentes.
Policías
en vehículos blindados lanzaron cartuchos de sustancias irritantes para
dispersar a las muchedumbres en Ferguson después que individuos incendiaran un
auto patrulla y rompieran cristales mientras se escuchaban disparos, dijo la
CNN.
Los
manifestantes superaron una barricada y se burlaban de la policía. Algunos
gritaban a coro “¡asesino!” en tanto que otros lanzaban piedras y objetos
diversos.
Las
ventanas de un auto de la policía fueron destrozadas y los inconformes
intentaron volcar el vehículo antes de que lo incendiaran, como captaron las
imágenes. Los agentes lanzaron lo que las autoridades describieron como humo y
gas pimienta contra la multitud. Los manifestantes insistieron que era gas
lacrimógeno.
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