La industria de Ciego de Ávila había molido esta semana unas
20 000 toneladas de tomate, disparando las estadísticas históricas, pero a las
puertas de esa misma industria otro récord se ha instaurado: la espera para entregar
el fruto le toma a algunos hasta cinco días y la demora, también, tritura el
tomate.
Así lo mostraba el atascadero que ocasionaban cientos de
carretas y camiones, a la entrada de los dos líderes del procesamiento en el
territorio: Unidad Empresarial de Base (UEB) Industrial Ceballos y Fábrica de
Conservas, Majagua. Literalmente, chorreaba la carga y la merma se erige,
apenas, como una de las preocupaciones.
En Majagua los descuentos por calidad han oscilado sobre el
10 por ciento. Sin embargo, para Onisel López Arocha, presidente de la
Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Simón Reyes, el problema no solo
radica en que de cada 100 quintales, la espera te haga perder 10, sino que
"tanto tiempo aquí te impide regresar al campo donde también se está madurando.
Las pérdidas podrían ser dobles".
El Jefe de Producción de la entidad majagüense reconoce que
los pantanos y el fango que hoy se observan son derivados del tomate. "El
fruto va destilando el jugo y eso es, además, perjudicial para Conservas porque
nosotros hacemos el puré con ese contenido, con los sólidos solubles, y al
poseer menos líquido, el molino se tupe, se le pega al concentrador.
La gente
piensa que la pasta espesa es la buena, pero todo lo contrario, lo que, en este
caso, no es buen síntoma", afirma Ángel Prieto Goenaga.Desde Ceballos, los transportistas y tomateros aluden a la
desesperación que causa una retahíla de camiones y carretas, "un
atolladero que se iba a solucionar con la moderna inversión, mas la situación
está peor que nunca", dice Yadier Ramos Rivero, perteneciente a la CCS
Capitán San Luis, del municipio de Venezuela, y lo refrenda Pedro Pablo
Concepción, de la CCS majagüense, Reynaldo Manen, quien el jueves en la tarde
vivía su tercer día de cola.
Vilma Ojeda César, durante los últimos 34 años, jefa de la
línea de tomate, de la UEB Industrial, aclara que el procesamiento empezó flojo
al inicio de campaña por los pocos volúmenes que llegaban a la entidad, y,
realmente, las cargas del fruto afuera exceden hoy las posibilidades de molida;
unas 350 toneladas diarias. "La línea está bien, incluso, implantamos
récord de 515 toneladas procesadas en un día, aunque tenemos un solo
montacargas, y sin luces, lo que dificulta el proceso y vuelve muy lenta la
entrada del producto y la salida del carro con sus cajas o parles vacíos."
Según Yusvany Cárdenas Benítez, subdelegado de la
Agricultura en Ciego de Ávila, las lluvias de octubre pudrieron algunos
semilleros y atrasaron la siembra que, al efectuarse al unísono, provocó el ya
acuñado pico de cosecha. Para "colmo", las excesivas temperaturas de
febrero y marzo maduraron el tomate previsto para abril y esta semana la
avalancha era una realidad en la provincia del país que más siembra y muele.
Tanto en Majagua, como en Ceballos, no obstante, otras
incongruencias entorpecen el proceso. Varios entrevistados coincidieron en la
lentitud, la violación de contratos (a la zafra no solo llega el fruto
contratado y, a veces, ese no llega), la falta de recursos, la nuevamente
demostrada incapacidad fabril... trituran el tomate, en el campo o justamente a
las puertas de la industria avileña.
Fuente:Invasor Digital
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