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martes, 24 de julio de 2018

Diana Valido Cernuda: “El periodismo es cuestión de amor”

Por Patricia María Guerra Soriano, estudiante de periodismo 
— Soy, ante todo, periodista. Me caracterizo como una profesional de la comunicación porque desde que me gradué en el 2012 hasta ahora he tenido que ser directora, productora de contenido, presentadora del noticiero y de otros programas.

Y es que ante la pregunta ¿quién eres?, no logra imaginarse fuera del Periodismo. Para Diana Valido Cernuda no hubo nunca otra profesión que la defina tanto.

—En mi familia no hay ningún periodista. Mi papá era militar, mi mamá es economista; mi hermana, médico. Desde pequeña siempre me gustó escribir y participar en concursos literarios. Y aunque mi interés eran las letras, cursé el preuniversitario en la vocacional Vladimir Ilich Lenin. En 12 grado me di cuenta de que el periodismo era lo que yo quería; Periodismo o Comunicación Social, pero enfocada al periodismo.


—El primer año de la carrera me fue un poco difícil, pues tuve que adaptar mi modo de escribir, muy influido por la literatura, a la objetividad requerida por la profesión.

Jamás imaginó trabajar en la televisión. Cuando estaba en primer año de la carrera, unos amigos le dijeron que iban al ICRT a ver cómo se hacían los programas Ponte al día y Noticiero Juvenil. “Nos recibió Irma Cáceres, una institución dentro del periodismo cubano televisivo”.

—Poco a poco conocí cómo era trabajar con un equipo técnico, con camarógrafos, grabar en la calle y, en general, la vida reporteril. Después fui presentadora del Noticiero Juvenil, y tuve la oportunidad de hacer periodismo con Irma Cáceres y Caridad Bermúdez (directora de Habana Noticiario), quienes me apoyaron desde el inicio.

—En segundo año fui a la Ciénaga de Zapata con otro estudiante de periodismo, por interés personal. Planificamos un viaje con los integrantes del grupo Corimacao: compartíamos todo el tiempo con los artistas. De esta manera me acostumbré a ver la vida estudiantil aparejada a la vida laboral.

Desde cuarto año Diana colaboraba con Cubarte, la página web del Ministerio de Cultura, y además de ver el noticiero juvenil, iba al sistema informativo los fines de semana para conocer la rutina productiva de los periodistas que se dedicaban a los temas internacionales en el noticiero del mediodía.

Al graduarse comenzó a trabajar en la revista Buenos Días. Fue una experiencia breve, pues la trasladaron para el Noticiero del Mediodía. “Como adiestramiento, hice segmentos internacionales en off, después en cámara y, por último, en vivo. Luego de dos años allí, me pidieron pasar al Noticiero Estelar para hacer comentarios internacionales”.

— ¿Cómo lograr la atención del televidente en los temas internacionales?

— Depende de la manera en que el periodista les narre la historia. Que el bodeguero entienda con uno de mis comentarios lo que pasa en el conflicto entre Corea del Norte y Estados Unidos, por ejemplo, es un mérito para mí. El televidente cubano tiene interés en los temas internacionales, pero más le preocupa los relacionados con su contexto.

— ¿Ha vivido tensiones generacionales en su experiencia laboral?

—Por un año y ocho meses asumí como jefa de redacción del Noticiero Estelar. Con solo 26 años me encontré dirigiendo a personas que veía desde que era estudiante.

—Cierta vez un director me dijo: ser joven no es un mérito para ganar algo, tienes que ser, además, trabajadora y talentosa. He sobrellevado las tensiones generacionales demostrando quién soy con mi trabajo diario. Si alguien tuvo una opinión diferente de mí debe haberla cambiado al ver mi esfuerzo.

— ¿Cómo ha sido el trabajo en Justo en la diana?

—Cuando surge el proyecto del Canal Caribe, me dijeron que debía concebir un programa en 27 minutos para el análisis de temas internacionales. Sin embargo, mi preocupación estaba en cómo hacer para mantenerlo entre todas mis otras responsabilidades.

—Ya Justo en la diana cumple más de un año. Pero, si no hay un buen director en la cabina que busque la mejor imagen; si el equipo operativo no acompaña, de nada sirve haber escrito un buen guion. Ahora que asumí el noticiero, he logrado sostener el programa gracias al pequeño equipo que trabaja conmigo.

Cuando le propusieron hacer de locutora en el Noticiero del Mediodía, su primera respuesta fue negativa, pero después pensó y lo entendió como la oportunidad para que los periodistas comenzaran a trabajar en esos espacios. Sin embargo, puso una condición para hacer el noticiero: continuar con Justo en la diana, con las coberturas y los comentarios sobre temas internacionales.

— ¿Qué cambios haría en el periodismo cubano?

—Los medios necesitan de los jóvenes. Un ejemplo es el Canal Caribe. Pero también todo nace de los empeños personales. Tenemos que hacer atractivos los espacios televisivos. Hay que llegar a los medios dispuestos a trabajar, a escuchar, a aprender.

—Lo que más quisiera, y hoy es una carencia en televisión, es la oportunidad de hacer coberturas en otros países. Es una experiencia necesaria para hacer comentarios internacionales. Hay noticias muy importantes que dejamos de cubrir.

En el 2015, Diana obtuvo una beca de periodismo de desarrollo en el Instituto de Investigación de Nueva Delhi, en la India. En cuatro meses, además de aprender cómo hacer historias de comunidades y de gente de pueblo, conoció otras culturas. “Entrar a una mezquita y ver a los musulmanes en los rezos, fue importante, para poder entenderlos y escribir sobre ellos”.

— ¿Cuál ha sido la principal cobertura que ha vivido?

—La muerte de Fidel Castro ha sido una de las coberturas más impactantes. Estuve en el aeropuerto 48 horas, recibiendo a todos los presidentes que llegaban y vi a muchos llorar. Eso no se olvida.

—Significaba también trabajar con tristeza y, contener las emociones por encima del dolor; no podíamos llorar en pantalla.

Aunque Diana piensa que es una persona tímida, su amor por el periodismo  la impulsa a hacer todo lo que el tiempo permita, no importa el cansancio: “yo me seguiré clonando”. Y cuando se pregunta: ¿por qué me levanto todos los días a trabajar?, la respuesta no demora “por amor al periodismo, porque el periodismo es eso: una cuestión de amor”.


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