Jorge Luis Delgado Felipe
En silencio se marchó sin decir adiós, no hubo tiempo, quién podía pensar que esa batalladora de todos los días la vencería una maldita neumonía, aún en su lecho, cuando pocas horas la separaban de su partida, reía y mantenía la vitalidad de sus años, como para no dejarse vencer por la parca.
Y así era ella, Blanca Rita Amargos Díaz la colega de tantos años en su querida emisora Radio Surco, que cada día llenaba con su finísimo tacto y rebuscado lenguaje, las tantas y tantas cuartillas que por sus filtros pasaba, iba al más mínimo detalle para que la preciosidad se apoderara de la obra periodística.
Su elegante y sencillo vestuario la distinguía, su paso firme, sus maduras convicciones, su amor por este país y su revolución la hacían baluarte de mujer de estos tiempos.
Era Blanquita la academia del habla, la gramática y la redacción, de la que bebieron todos los periodistas y redactores de su querida emisora, junto a Olidia Felipe Nieblas y Oelia Cepero Fals.
Amaba la naturaleza y disfrutaba el detalle en su jardín; un día mientras me ofrecía un exquisito jugo de mango me contó la historia de sus orquídeas y sus plantas de tilo, cuidaba con esmero casi desmedido de cada parte de su hermosa y modesta vivienda, cada objeto en su lugar pulcro.
Era Blanquita una mujer de todos los tiempos que vivía de recuerdos y mantenía proyectos con su familia, su esposo, sus hijos y nietos, a sus altos años tenía muchos sueños por realizar, siempre tuvo confianza en el futuro.
En nuestra Casa de la Prensa era ilustre periodista que no faltaba a cuanta actividad ofrecíamos o tarea le sugeríamos, a sus años altos sumaba las positivas energías de una muchacha animosa, llenaba de halagos a todos y agradecida siempre dejaba el más dulce de los sabores, así de repente y sin un adiós se fue la excelente colega de la prensa avileña y cubana, Blanca Rita Amargos Díaz.
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