El embajador de Venezuela en Cuba, Alí Rodríguez Araque,
recuerda otro momento amenazante de Estados Unidos hacia Venezuela, cuando
desde la Secretaría de Estado, Condoleezza Rice declaró al gobierno del
Presidente Hugo Chávez como “signo negativo en la región” y tornó cada
declaración suya en boca de cañón. Era el 2005.
Pero han transcurrido diez años y la región cambió
dramáticamente. Lo que entonces pasaba como un exabrupto ante el cual la
mayoría bajaba la cabeza, ahora es una afrenta que América Latina no está
dispuesta a tolerar. “Es un acto tan arbitrario y a la vieja usanza de la
actitud imperial de Estados Unidos… No toma en cuenta los cambios ocurridos en
la región y en el mundo”, admite Alí, de pasado guerrillero, experto petrolero,
ex Secretario General de la UNASUR y uno de los políticos e intelectuales más
brillantes de Venezuela.
Hablamos en su despacho en la Quinta Avenida habanera,
mientras atiende los preparativos de un acto que la Embajada convocará para
respaldar desde la Isla las acciones de su gobierno: “Es evidente que si no hay
un vasto movimiento mundial que contenga los planes de Estados Unidos, esa
agresión se va a profundizar y puede desencadenar procesos más graves, no solo
en Venezuela sino en toda la región”, asegura.
-Es inevitable comenzar por las palabras que el Presidente
Barack Obama utilizó para sancionar a un grupo de ciudadanos venezolanos.
Declaró una “emergencia nacional por la inusual y extraordinaria amenaza para
la seguridad nacional y política externa de EEUU que representa la situación en
Venezuela”.
-(Se ríe.) Es el más grande de los absurdos considerar a
Venezuela como “una amenaza nacional”. ¿Qué país pequeño, sin remotamente la
capacidad militar de Estados Unidos, puede pensar siquiera en amenazar a la
mayor potencia militar del mundo? Sería una locura total. Pero hay que tener en
cuenta estas palabras, sin dudas, porque la locura vino precisamente del jefe
del gobierno norteamericano. No es cualquier cosa.
-¿Pero cuál es la razón de fondo? Se trata de palabras
mayores.
-Eso que ha ocurrido en las narices de los think tanks de
EEUU. Han visto los cambios en la región, el rol de líderes como Hugo Chávez -y
que sigue jugando el Presidente Maduro-. Consideran que América Latina ha
cobrado mayor autonomía y valoran acertadamente que la región es cada vez más y
más un factor de desequilibrio del orden mundial al modo norteamericano, en
comparación con décadas precedentes. Por eso consideran a Venezuela una
amenaza, sin que lo sea realmente en términos militares. Con Venezuela se ha
profundizado el discurso antimperialista, el discurso autonómico, y eso
cualquier Imperio lo considera una amenaza a su dominio. Por tanto, desde la
visión imperialista ellos tendrían cierta “razón” para preocuparse.
-Usted recordaba a Condoleezza Rice, pero ni ella se atrevió
a decir que Venezuela ponía a EEUU en el trance de una “emergencia nacional”.
-Tanto en inglés como en español las palabras tienen
significados. Incluso, si se utiliza cualquier diccionario jurídico, tanto en
inglés como en español, una amenaza es una amenaza.
-Sin embargo, la subsecretaria de Estado Roberta Jacobson
dijo luego que estas palabras son una formalidad legal requerida por las leyes
del país para autorizar sanciones financieras.
-Tratan de dorar la píldora a lo que tal vez han considerado
un error lexical. Pero es más que eso. Es la costumbre imperial de imponerle a
nuestro países los viejos mandatos a los que estaban acostumbrados. Podrán
esbozar las explicaciones que quieran, pero incluso si uno lee la ley en la
cual se apoya esa expresión, netamente grosera contra la independencia de
nuestros países, no deja de ser amenazante.
-Aunque no son una amenaza, sino un hecho, las sanciones
contra un grupo de funcionarios venezolanos.
-Exactamente. ¿Cuál es la fundamentación para aplicar tales
sanciones? Toda sanción legal tiene que tener un fundamento, que a la vez
supone el derecho a la defensa del sancionado, el derecho a apelar esa sanción.
Cualquier país soberano tiene potestad para negar una visa,
pero una sanción contra un ciudadano, por demás extranjero, eso es otra cosa.
¿Qué derecho le asiste al gobierno de los Estados Unidos a sancionar a
ciudadanos venezolanos? ¿Cuál es la ley norteamericanas que están violando los
venezolanos? ¿En qué acto violatorio de las normas norteamericanos incurrieron
nuestros ciudadanos? Son preguntas que no han tenido respuestas.
-¿Esta orden ejecutiva del presidente revela un cambio de
política, o por lo menos de estrategia, por parte de Estados Unidos?
-Los Imperios no pueden dejar de ser Imperios, ni pueden
dejar de comportarse como Imperios. No te olvides de que a la par que se
plantean estos problemas con Venezuela, están bombardeando Siria, están
interviniendo en el conflicto ucraniano, están en cualquier lugar del mundo
provocando disturbios y destruyendo. Los Imperios son así. En el caso de
Venezuela están atacando por todos los flancos, incluso por el flanco interno.
Hay sectores de la oposición que abiertamente conspiran con Estados Unidos y
reciben apoyo financiero para derrocar a Nicolás Maduro. No lo esconden.
Por eso considero que el gobierno de Nicolás Maduro se ha
expresado en la dirección correcta: movilizar y preparar a la gente frente a
estas amenazas, que no son cualquier cosa. Es el derecho a la legítima defensa
de un pueblo contra la agresión externa.
-¿Estados Unidos logró lo que quería al emitir tal
declaración?
-Por supuesto que no. Como era de esperar ha tenido un
rechazo abierto, y en algunos casos con cierta neutralidad, pero de ninguna
manera esa reacción se ha manifestado contra Venezuela. El gobierno
norteamericano se ha quedado solo, aislado, y eso es muy importante para
conjurar el peligro de una mayor agresividad, e incluso de una guerra.
-El New York Times admitió esta semana en un editorial que
esta reacción de Washington ha fortalecido al gobierno bolivariano.
-Se expresa en el fortalecimiento de la unidad nacional.
Hasta la oposición, salvo algún sector minoritario, se ha distanciado de los
pronunciamientos del gobierno de EEUU.
-También la iglesia católica.
-Así es. Te diría que desde el punto de vista de la unidad
nacional, la respuesta de diferentes sectores de la sociedad ha sido integral.
-¿Cuál es el saldo entonces de este episodio?
-Indiscutible apoyo internacional a Venezuela y mayor
fortaleza interna del proceso bolivariano, todo lo contrario a lo que esperaba
Estados Unidos.
-¿Qué le espera a Obama en la Cumbre de Panamá?
-Obama oirá cosas.
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