Cayo Coco: giro a favor del campista

Casi dos meses han transcurrido desde que Invasor visitó el campismo de Cayo Coco, motivado por inquietudes llegadas a nuestra Redacción. Las inconformidades aludían a la cancelación de reservaciones comprendidas entre el 15 de junio y el 2 de julio, a causa de un proceso inversionista que se había extendido más de lo estimado.

En aquel recorrido, el mismo día en que se reanudaba la prestación de servicios, percibimos que la instalación no estaba lista para acoger a los campistas. Aún se esperaba la llegada de lavamanos, se hacían labores hidráulicas, de albañilería, pintura, limpieza de habitaciones y áreas verdes.

Regresar allí antes de cerrar la etapa veraniega devenía deuda con los lectores. Allí encontramos a Javier Hernández Granado, quien desde hace alrededor de tres meses dirige el centro, y junto a su colectivo, estaba inmerso en labores de reparación y mantenimiento del campismo.

Aunque es notable la mejoría de las condiciones, al igual que el empeño y la voluntad de Hernández Granado por sacar adelante su instalación y ofrecer una atención de calidad a los huéspedes, también conocimos de insatisfacciones que demuestran la necesidad de seguir trabajando.

De paso por varias habitaciones notamos falta de conexiones hidráulicas en algunos lavamanos y fregaderos. En otras, el falso techo estaba en condiciones preocupantes y la iluminación era pobre por la ausencia de tubos de luz fría.

Algunos campistas refirieron lejanía para buscar agua de beber e inexistencia de una instalación eléctrica en el comedor que permita echar a andar ventiladores y consolas ubicados allí, lo que disminuiría, de manera considerable, la presencia de moscas y el calor, acrecentado en un local cerrado herméticamente.

Otros señalaron la esporádica limpieza de las cabañas durante el ciclo de estadía y la carencia de instrumentos para cooperar por sí mismos en esa labor.

Según Marta García y su esposo, escasean los cubiertos en el comedor y, aunque hay un horario para comenzar el almuerzo y la comida, casi siempre es irrespetado y se extiende demasiado la espera por parte de los comensales.

Alfredo Santiago Reyes y Giorge Sierralta, salvavidas, agregaron que no disponen siquiera de un lugar donde dejar sus pertenencias, y que deben pagar a diario los alimentos, al igual que los huéspedes, no obstante, la presencia de ellos allí obedezca a razones de trabajo.

En sintonía con algunos vacacionistas, añadieron que la comida es mejor elaborada por uno de los dos turnos, lo cual demuestra que, a pesar de trabajar con los mismos productos, el factor subjetivo influye en el resultado.
Sin embargo, se aprecia buen ambiente, variedad de ofertas y de precios en la cafetería, y mayor limpieza en las áreas verdes.

Hernández Granado explicó que todas las cabañas están climatizadas y cuentan, además, con agua potable, al igual que la cafetería, la cocina, el restaurante y demás dependencias. Se prevé dotarlas de refrigeradores. Algunas aún no se han enchapado y, por tanto, no poseen el sistema de duchas.

Tres necesitan intervención de los lavamanos porque el agua llega con poca presión, y seis carecen de conexión hidráulica en el fregadero, pero lo previsto es cancelarlos para vestir las mesetas enteras a medida que avancen las reparaciones.

Campismo C Coco 25Agregó que las inversiones serán a largo plazo, pues ya se han vendido las reservaciones hasta fin de año y es complicado trabajar con los huéspedes dentro de la instalación, mucho más cuando, inadmisiblemente, algunos incurren en indisciplinas, destruyen lo hecho o sustraen elementos de las habitaciones.

"Cuatro años hacía que en este campismo no corría el agua potable y al hacer las instalaciones comenzaron a detectarse problemas en las tuberías, por su antigüedad; algunas se han roto y otras han explotado porque no aguantan la presión. De ahí que surgieran tantos contratiempos."

Declaró, asimismo, que disponen de un nuevo fabricador de hielo, ventiladores y dos consolas para el restaurante, y que, para el cierre de esta edición, ya estaría garantizada la conexión de dichos equipos a una red eléctrica segura.

Esperemos que para el próximo verano ese colectivo haya logrado sus propósitos y que regresemos al campismo de Cayo Coco no por insatisfacciones, sino porque, además de mantenerse como el más demandado, sea, también, el más acogedor.

 Fuente:Invasor Digital