Muestra saldos halagüeños la zafra en Ciego de Ávila

Sin mucho ruido, y sí con la decisión de sumar en cada jornada más toneladas de azúcar, los hombres y mujeres del sector Azucarero de la provincia cubana de Ciego de Ávila ya han transitado por 39 días de contienda, y lo han hecho con saldos bien diferentes a las últimas cuatro zafras.
 
Varios son los datos que avalan la anterior afirmación. Visto el acumulado hasta la fecha mencionada, el rendimiento en azúcar excede el plan en dos enteros, el rendimiento potencial de la caña lo supera en tres; mientras que el recobrado porcentual de pol en la gramínea alcanzó 1,75 más que lo planificado, con un aprovechamiento de la norma potencial de molienda del 82,8 que puntea como el más alto de Cuba.
 
Fuente: Invasor Digital
 

La información suministrada a Invasor digital por el ingeniero Miguel Lima Villar, jefe de la Oficina de Comunicación Institucional, de la Empresa Azucarera de este territorio, precisa que tales saldos, entre otros, posibilitan que Ciego de Ávila sea la mejor provincia del país y que atesore un sobrecumplimiento del plan de elaboración del crudo en más de 13 000 toneladas.
 
No hay ningún tipo de magia en estos saldos; sino que los factores motivadores están signados por medidas puestas en práctica para incentivar la búsqueda de una eficiencia superior.
 
Al respecto, la fuente cita, entre los principales, el pago a los productores, por la calidad de caña que comercializan con las fábricas, que implica menos contenido de materias extrañas y más cantidad de sacarosa en los jugos; también, el sobrecumplimiento de los establecido en la programación en cada frente de corte; la excelencia en la frescura de los tallos que van a los molinos; y mayor efectividad en el control de las pérdidas de azúcar en la industria, aunque, recalca, todavía falta trecho por andar en ese sentido.
 
Lejos de batir palmas, el especialista comentó que los resultados, aunque positivos, aún pudieran ser mejores, pues el potencial de la materia prima que se muele y la situación real de la industria para lograr mayores niveles de eficiencia, sobre todo fabril, no son explotados debidamente.
 
La Zafra del Buen Hacer Avileño es aún muy joven. Y para que esa bandera de combate se convierta en un final relevante, a tono con la letra de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, la familia azucarera debe cerrar filas.
 
Y, sobre todo, observar reglas que no admiten equivocaciones, como el cumplimiento estricto de la programación de los cortes, la operación eficiente de cada cosechadora mecánica, que no les falte caña a las fábricas y que estas den cabal respuesta a ese suministro completamiento del sistema de control de las pérdidas de azúcar en zanja en los cuatro ingenios, la correcta utilización de los mecanismos de estimulación y de atención a los hombres y mujeres; siempre, con la mira enfocada no solo en el cumplimiento del plan anual de producción, sino en el necesario aporte extra de varios miles de toneladas, como digna contribución a la economía nacional.