En la unión sexual desprotegida entre dos personas
seropositivas, portadora cada una de distintos subtipos del Virus de la
Inmunodeficiencia Humana (A, B, C, D… o la combinación de algunos de ellos), se
halla la génesis de las Formas Circulantes Recombinantes (CRF) asociadas al
VIH.
Una de estas es el CRF-19, motivo de noticias y distorsiones
en días anteriores, tras la publicación en la revista EBioMedicine de los
resultados de un estudio realizado por científicos de las universidades de
Liege y Católica de Leuven, Bélgica, y del Instituto de Medicina Tropical Pedro
Kourí (IPK), Cuba.
La investigación, originada en la observación clínica de
algunos pacientes atendidos en el IPK que presentaron importantes índices de
aumento en su carga viral y de disminución de sus células de defensa (CD4) poco
tiempo después del diagnóstico de VIH, demostró por primera vez una asociación
significativa entre el recombinante CRF19 y una rápida progresión a SIDA.
A partir de esta correspondencia, dada a conocer a los
medios de prensa, algunos titulares han reiterado la idea del descubrimiento de
una nueva cepa de VIH más letal que la original. Sin embargo, es conocido que
esta variante viral representa entre el 17% y el 20% de los subtipos del
patógeno circulantes en el país y fue detectada por primera vez en 1997 en
pacientes cubanos.
Artículos científicos publicados posteriormente dieron
cuenta de ese hallazgo, ocurrido en el Instituto Carlos III, España, a donde
fueron llevadas muestras procedentes del Laboratorio Nacional de Referencia de
VIH-SIDA, de Cuba. En aquellos momentos no se contaba en la Isla con la
tecnología necesaria para secuenciar el genoma del virus.
Otro detalle a aclarar acerca de lo reiterado en el entorno
mediático es lo referido a los términos “virus cubano”. Aunque CRF19 tiene alta
frecuencia en la Isla, también ha sido
hallado en Camerún, África, en el continente donde surgió la infección
por VIH.
Pero la evolución genética del patógeno ha sido muy compleja
y, a pesar de que existen subtipos predominantes en las distintas regiones del
mundo –el B en Norteamérica, el C en África y el A o el E en Asia–, la
recombinación es un fenómeno universal.
Condicionantes como la alta viremia existente, la práctica
de sexo desprotegido y el desconocimiento (lógico) de los afectados acerca de
cuál es el subtipo de VIH que padecen, han provocado que estos mutantes virales
hayan avanzado en la humanidad al mismo ritmo que la epidemia.
De esa manera también se ha generado el fenómeno de la
resistencia a los antirretrovirales. Sin embargo, es válido afirmar que el
estudio realizado ofrece la certeza de que el CRF19 es susceptible a los
medicamentos antirretrovirales y que el riesgo potencial de enfermar
rápidamente al portar dicha variante de VIH no es mayor si el paciente es
debidamente tratado.
En este sentido, las instancias sanitarias del país
facilitan el acceso al diagnóstico temprano y a las terapéuticas
antirretrovirales, de la misma manera que siguen un comportamiento ético en las
investigaciones científicas. Para el citado estudio, se partió del
consentimiento informado, escrito y firmado por los pacientes, en cuyas
historias clínicas consta su conformidad en cuanto a la secuenciación del
genoma del virus que portan y a la publicación de los resultados.
Aunque los pacientes objeto de esta investigación no habían
recibido terapia antirretroviral en el momento en que les fue tomada la
muestra, ello no significa que hayan sido privados de ese beneficio. Razones
personales de diversa índole hacen que los afectados muchas veces se alejen de
la supervisión médica y dejen de chequearse cuando están asintomáticos.
Según los parámetros establecidos, hasta hace muy poco en
Cuba eran tratadas las personas que tuvieran sus células de defensa por debajo
de las 350 y una carga viral superior a las 55 mil copias. Actualmente son
medicados con los antirretrovirales todos los pacientes que requieran de esos
fármacos aunque su conteo de células resulte por debajo de las 500.
También son objeto de estas prescripciones aquellos que
padezcan de alguna enfermedad oportunista marcadora de SIDA de aquellas que
clasifican por la entidad y no por el conteo celular, ya que este podría ser
incluso mayor de las 500 células/mm3; entre ellas, la tuberculosis, el sarcoma
de Kaposi, los linfomas y las hepatitis B y C. También son tratados los
portadores de VIH que superen los 50
años, debido a que en esta etapa de la vida el sistema inmunológico comienza a
declinar.
En el laboratorio
“Si el paciente tiene un buen seguimiento y es tratado a
tiempo, su enfermedad es controlable, aun cuando sea portador del CRF19”,
subrayó la doctora Vivian Kourí. Foto: Flor de Paz.
La presencia de una elevada carga viral, característica de
esta variante de VIH, parece explicar en parte la rápida progresión a SIDA
descrita y asociada al CRF19. Así lo argumenta la Doctora en Ciencias Vivian
Kourí, del departamento de Virología del IPK y autora principal del citado
estudio, quien puntualiza que otros ensayos han demostrado que la replicación
de esta variante de VIH es mucho más eficiente que la observada en otras cepas
del patógeno.
Los altos niveles de presencia del virus —señala— producen
la elevación de una proteína celular denominada RANTES, relacionada con la
activación de la respuesta inmune. Esta, se une de manera natural al ligando
CCR5 (uno de los correceptores de entrada a la célula que el VIH utiliza cuando
la infección es reciente), pero en la medida que se incrementan las cantidades de RANTES, se
bloquea el CCR5 y el virus recurre a otro correceptor, el CXCR4 (empleado por
virus altamente citopáticos o que causan mayores daños a la célula). “El
estudio demostró que el virus CRF19 realiza esta transición en el uso de
co-receptores más rápidamente y acude al CXCR4 de manera temprana. Así, acorta
la fase asintomática de la infección por VIH y conduce a una rápida progresión
a SIDA”.
Otros reportes científicos también han dado cuenta
anteriormente de la asociación entre este fenómeno y la presencia de
recombinantes diferentes. “En África ha sido notificado un virus del subtipo D
(presente en la composición del CFR19) con rápida progresión a SIDA. Además, en
estudios del CRF 01AE, en el sudeste asiático, también se plantea la
constatación de dicha coincidencia. En todo caso, el fenómeno de los
progresores rápidos está descrito desde el inicio de la epidemia”, explica
Kourí.
En Cuba, desde el 2009, han sido realizadas unas 1000
secuenciaciones de genomas virales en los pacientes, la mayoría de ellas
procesadas en el IPK y otra parte en el Centro de Referencia para el
Diagnóstico de SIDA. “Estos estudios han demostrado que en el país predomina el
subtipo B (30-32%), le sigue el recombinante BG (22-24 %) y luego está el CRF19
con 17-19 %”.
La secuenciación es imprescindible además en la vigilancia
de la resistencia del virus a los antirretrovirales. Su indicación al paciente
es recomendada ante un primer fallo de la terapia, al constituir una guía en la
prescripción de la siguiente alternativa medicamentosa. Asimismo permite
atender al fenómeno de la resistencia trasmitida, mediante la realización del
test a quienes nunca han recibido estos tratamientos, pero pueden haber
adquirido un virus resistente.
* El doctor Jorge Pérez Ávila es uno de los autores de la
investigación objeto de las noticias sobre el CRF19, además de ser el director
del IPK y el principal conductor de la atención a la epidemia de VIH en Cuba
desde su surgimiento.
Fuente:Cubadebate
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