El excanciller uruguayo Luis Almagro fue elegido este
miércoles secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA),
con la promesa de conducir el ente hasta el año 2020, promover su renovación y
recuperar su protagonismo.
“No me interesa ser el administrador de la crisis de la OEA,
sino el facilitador de su renovación”, dijo Almagro ante la Asamblea General
Extraordinaria de la organización, después de ser declarado vencedor por 33
votos a favor y una abstención.
Hasta 19 cancilleres de la región acudieron a Washington
para la elección de Almagro, quien asumirá el cargo el 26 de mayo, sustituyendo
al chileno José Miguel Insulza, secretario general de la OEA en la última
década, tras cumplir dos mandatos seguidos.
“Nos queda un trabajo muy arduo por delante”, dijo Almagro
luego a la prensa, con referencia a la responsabilidad de conducir la reforma
en la estructura y operación del bloque regional, el más antiguo de su tipo en
el mundo.
“En los últimos nueve meses, en cada reunión que tuve, ha
sido una constante, un leitmotiv sobre la organización: la necesidad de
fortalecer institucionalmente a la OEA y de darle credibilidad jurídica”,
apuntó Almagro.
En esa tarea, agregó, “no podemos demorarnos. Queremos que
esa OEA eficiente comience a funcionar lo más pronto posible”.
El equipo de Almagro que comenzará de inmediato la
transición estará encabezado por el economista uruguayo Luis Porto e incluye a
Dan Restrepo, quien durante varios años fue asesor de Barack Obama para América
Latina.
En la misma jornada, Néstor Méndez, embajador de Belice ante
la OEA, fue elegido Secretario General Adjunto, y asumirá sus funciones el 12
de julio.
Almagro era el único candidato en disputa, después de
asegurar el apoyo explícito de Brasil, Argentina y México, y a último minuto el
voto de Estados Unidos, que financia poco más de la mitad del presupuesto anual
de la OEA.
Además de su reforma, la otra gran asignatura pendiente de
la OEA es crear las condiciones para facilitar el retorno de Cuba, país que fue
suspendido de la organización en 1962. Esa suspensión fue anulada por consenso
en 2009, cerrando de esa forma uno de los capítulos de la Guerra Fría en el
hemisferio.
“La OEA tiene la obligación de generar una agenda política y
de diálogo con Cuba, que vaya acercando a las partes y resuelva los temas
pendientes”, señaló Almagro.
Un momento clave en esa aproximación será la Cumbre de las
Américas que se realizá el 10 y 11 de abril en Panamá, una ocasión que el
uruguayo definió como “un motor determinante” para que se puedan discutir
condiciones de cooperación.
Para Almagro, la construcción de una agenda de diálogo
podría ser también una receta para recomponer las relaciones dentro de la OEA,
fracturada desde hace años por las diferencias entre el bloque del Alba y otros
países miembros del organismo.
“La OEA debe estar involucrada en las soluciones, debe
acercar posiciones y resolver problemas. No puede radicalizar conflictos, y
debe también asegurar condiciones de autodeterminación”, comentó.
Para Almagro, el establecimiento de canales de diálogo
deberá ayudar a “curar heridas”.
La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, confirmó que el
jueves pronunciará un discurso ante el Consejo Permanente de la OEA para
“alertar” sobre la gravedad que reviste la adopción de sanciones de Estados
Unidos contra funcionarios venezolanos.
“Vinimos a alertar en este espacio sobre esta agresión”,
dijo.
Este miércoles, el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez
Cerén, felicitó a su “hermano” Almagro, con quien prometió trabajar “hombro a
hombro”. El canciller de Guatemala, Carlos Raúl Morales, apuntó que la OEA
necesita “una reforma muy profunda o de lo contrario nos vamos a encontrar con
una organización fallida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario