Por:
Enrique Dámaso Rodríguez Betancourt
Fui
de los privilegiados que participó en la velada solemne en la Plaza de la
Revolución “José Martí”, por el asesinato del Che en Bolivia, era el 18 de
Octubre del año 1967, fue el instante en que más cerca estuve de Fidel, nuestro
eterno Comandante en jefe, luego le saludé en su viaje triunfal hacia la
inmortalidad, al paso de sus honras fúnebres por nuestra provincia.
No
pude disfrutar de su saludo, de estrechar sus manos,de las que
Guayamín dijo ..”. que le hace un homenaje a las manos que cachetearon al régimen de Batista; y por el poder que desprenden las palmas y los dedos de sus manos".... tampoco me deleité con un abrazo, ni que me dirigiera sus
sabias palabras.Soy
un cubano agradecido de su ejemplo, de sus ideas, de su obra, por eso celebro con orgullo de revolucionario sus 92 años, porque para mí, como
a muchos cubanos, sigue vivo en la memoria.
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